Solo soy, un imbecil mas

miércoles, 16 de agosto de 2006

Miedo, terror, pánico


La radio me ha hecho recordar el día en el que pase mas miedo de… mi infancia supongo, luego, de mayor, hay cosas que te asustan mas, como los números en rojo, o que te partan la cara, pero el miedo digno de película, lo pase con unos 14 o 15 años.

Era yo un gamberrete en las estadas del “esplai Serem”, unos campamentos para niños con pocos recursos, mayormente eran chicos de reformatorio. Dirigido por un franciscano y gente con vocación social y un aprecio por los niños digno de matricula en paternidad, sobretodo por aguantarme.

No recuerdo cual fue la gota que colmó el vaso, pero fueron unas cuantas la que lo llenaron, tras haberme explicado que estábamos acampados en un antiguo cementerio franquista, y hecho dar vueltas en pijama para cansarme y que así me durmiera, y ante las ansias de darnos un escarmiento, por allá las 4 de la mañana, nos vino avisar un monitor de que íbamos hacer una excursión, no nos extraño que solo fuéramos los alborotadores, después de todo, éramos los únicos que seguíamos despiertos, tras andar por una senda poco mas de 20minutos, mientras nos iban explicando que íbamos a ver crías de “porc senglar” (jabali) que habían visto por la zona. La madre de noche sale a buscar alimento, y deja las crías solas durante unas horas, en las que podríamos verlas, con tranquilidad y seguridad, nos explicaban que debíamos cerrar las linternas para no asustarlas y en el hipotético caso que oyéramos a la madre, lo único que debíamos hacer era tirarnos al suelo y ponernos las manos encima de la cabeza, demostrando nuestra inferioridad al animal. Correr era inútil, ya que el porc senglar alcanza una velocidad de 40km/h y aunque pudiéramos ir mas rápido, nosotros iríamos esquivando zarzales, y arbustos, el hace un trazo recto, campo a trabes. En la mandíbula inferior, guarda dos colmillos de tamaño suficiente como para abrir un adulto en canal.

A los pocos minutos nos hacen cerrar las linternas, y en una pequeña explanada iluminada por la luna, los arbustos se mueven, como aun estamos con los ojos viciados a las linternas apenas nos percatamos hasta que oímos un berrido infernal que se acerca a gran velocidad.

Todos al suelo! Grita un monitor, cubriros la cabeza y mantener silencio. Tras unos cuantos berridos mas, y unos 10 minutos ya empiezan aparecer los primeros llantos.

En ese momento algo toca la pierna de un compañero que grita horrorizado me ha tocado! El monitor le ordena callar y agachar la cabeza, no hace mas que repetir que nos olerá y se marchara, pero los minutos pasan como si fueran horas y ese animal sigue allí, ante nosotros. Mi compañero, dos años menos, me abraza fuerte y me dice que tiene miedo, yo apenas balbuceo que no pasa nada, pero estoy cagado.

Tras estar en esta situación poco mas de 15-20minitos, eso dicen los monitores, a mi me parecieron horas, uno de los monitores, tras oir el llanto de un adolescente, estalla a carcajadas diciendo que ya esta bien, que paren…

De detrás los arbustos sale con una linterna un monitor que debería estar durmiendo… todo había sido una broma.

Que hijosdeputa!


 
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